Muchas veces cuando cometemos un error, nuestra primera reacción es enojarnos. Si no cumplimos con nuestras propias expectativas, nos enojamos. Si de pronto nos damos cuenta de que otro logro en poco tiempo lo que a nosotros nos viene llevando tanto tiempo, nos enojamos (qué tonto que soy) A veces nos enojamos levemente, y por segundos…
Otras veces, nuestro enojo ya no es tan leve, y cargamos con él por un tiempo prolongado, sin darnos cuenta que –de algún modo- nos hace presos de un círculo vicioso. ¿Quién puede dar lo mejor de sí cuando lo tratan mal?????
Hay circunstancias en las que mirando atrás, vemos cómo hemos actuado, y el enojo parece inundarnos. Qué fácil nos resulta hoy criticar al que fuimos ayer, qué fácil, no? -hoy que todo es diferente, hoy que ya estoy en otros zapatos, jajajaj. Quizás sea bueno que aprendamos –y aprehendamos- lo que me enseñó un maestro hace años. Quizás sería bueno que le agradezca a ese ser que fui por sus errores, porque gracias a él soy la persona que soy hoy. Casi nada, no?
A parte de eso, probablemente sea bueno que me de cuenta de que hice lo mejor que podía hacer, en esas circunstancias, con esa emocionalidad, con lo que sabía y había experimentado en ese momento. Posiblemente sea bueno que me de cuenta que es fácil criticar ahora que el momento ya pasó, porque es fácil criticar de afuera, aún cuando sólo hayan pasado 5 minutos, la situación ya pasó.
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Y ahora sí retomo la pregunto de los primeros párrafos: ¿Quién puede dar lo mejor de sí cuando lo tratan mal? …
….Yo no!!!! Y es por eso, que digo que nuestro enojo nos atrapa en un círculo vicioso, porque nos mantiene en un espacio de mal-estar desde el cual difícilmente podamos dar lo mejor de nosotros mismos. Es tanto más fácil mirar qué hicimos mal, PERDONARNOS!! Y aprender del error, repararlo si es posible y instruirme viendo de qué modo es mejor accionar la próxima vez. Voy a poder ver a los errores como instancias de aprendizajes. Seguramente que –desde este hábito-obtendré no sólo mejores resultados, sino una vida con mucho más bien-estar.
Si aprendo a mirar con amor mis propios errores, seguramente voy a poder mirar con compasión los de otros….
Cada vez creo más firmemente que el mejor espacio de aprendizaje, es desde el amor.
Hay un gran tema del cual hablar también y es cuando escondemos los errores, en vez de repararlos.
Un cariño inmenso
Gracias por leerme
Cristina
Nota: No hablo de negligencia que es cuando cometo un error a sabiendas de que no es bueno lo que estoy haciendo.
Ahora después de reflexionar quizás sería bueno preguntarnos:
¿Cuántas veces nos enojamos con nosotros mismos por haber hecho las cosas mal? ¿Cuánto nos dura el enojo? ¿Para qué nos sirve? ¿Me sirve enojarme conmigo?, ¿Hace falta???? (o hay otras maneras de aprender del error?
¿Cuál voy a elegir como reacción conmigo mismo/a la próxima vez que yo no cumpla con mis propias expectativas?
Para pensar la próxima vez que me enoje conmigo:
¿Qué puedo aprender de esto? ¿Hay un modo en que pueda reparar mi error? ¿Cómo quiero actuar la próxima vez en circunstancias como ésta? ¿Es necesario que pida ayuda para lograrlo? ¿Qué me forme o me ejercite en algo para conseguirlo?